Dicen que en una despedida hay un momento en los que los silencios se hacen palabras, las miradas lágrimas y la esperanza música.
Dicen que cuando los silencios se llenan de palabras hay lunas que se oscurecen y soles que se eclipsan.
Dicen que cuando las miradas se hacen lágrimas es porque el alma necesita de un poco de agua para refrescar la emoción de ser sentimiento contenido y evitar la tentación de escapar del cuerpo.
Dicen que la esperanza suena a música porque esconde en lo más intimo de su virtud la decidida voluntad de hacerse eco de tecla de piano y acorde de cuerda de violín.
Dicen... dicen tantas cosas que puede que agun día dé rienda suelta a mi brisa interior, disipe mis nieblas, funda mis soles, me cubra de arena y sal y deje escapar cien versos de despedidas para que alguien los haga palabras, un manantial de lágrimas para que tus miradas sean las mias, una sinfonia inacabada que reviva de esperanza al músico loco que todos llevamos dentro y que disfruta uno a uno todos, todos los momentos.