lunes, 29 de diciembre de 2008

¿DONDE ESTAN MIS HADAS?


Esta noche el azul no parece azul, es otro color. Tengo dentro sensaciones similares a las que causan las noches sin estrellas, es un silencio sordo, aspero y frio el que desfila a lo largo y ancho de mi, como si quisiera ocupar los más altos torreones de mi castillo interior para ondear en ellos estandartes ajenos y extraños. Esta noche el azul es otro color, y yo, soy otro yo al que apenas conozco porque los gritos que escucho no son mios, ni de nadie... ni de mi otro yo, son letanias prestadas a los breviarios de curas y canónigos vestidos de domingo...sacristanes de otros tiempos que escriben responsos en latín. Recuerdo, sin querer recordar, tardes enteras de eternos paseos, acumulando brillos de soles nuevos entre las palmas de mis manos, arastrando el leve peso de sonrisas y poemas prestados, columpiando en las horas de siesta canciones que olian a la fresca zandaula de la orilla del rio...
Me esfuerzo en concontrar los tesoros que nunca perdí porque nunca fueron mios, y, en mi esfuerzo, detengo mi intención al borde de un precipicio, de un abismo que respira niebla y lamentos prestados por el filo de la nada, una nada ausente y fria, donde lo transparente se torna dibujo de parvulo y corazón de papel; me esfuerzo en saltar a la comba y jugar a un parchís aún sabiendo que la cuerda es prestada y que en los dados solo salen seises, mientras, el azul se lo han comido las hadas, sí, mis hasdas que no se dónde estan, mis hadas traviesas que juegan a que mañana cuando la luz me de en la cara me despierte con una sonrisa de cristal y al abrir mis ojos solo vea azul y más azul.