viernes, 31 de julio de 2009

ESTAMBUL.

Más allá de las versiones que circulan sobre la historia de la humanidad, la misma es compartida por toda la especie humana. Nada nos une más que nuestro pasado y nuestro destino común. Estambul es el testimonio vivo de lo que significa una u otra mirada sobre la realidad.

Navego en el aire, empapándome de olores nuevos, de fragancias huidizas, que como estrellas fugaces se disipan en el principio de la ilusión. Alzo mis brazos y ordeno a mis manos que se tornen luz y color... sueño, en esta ciudad está permitido soñar de día y arrojar al aire las ilusiones y los anhelos, los sueños y la realidad...el deseo de ser más humano. Es el puerto de la historia y el destino de los sueños de muchos siglos de luchas y de conquistas.

Sentarse en las rocas a orillas del Bósforo para contemplar la salida al Mar de Mármara o la entrada en el Golden Horn es como presenciar un desfile de almas que circulan adoptando los colores y formas de un calidoscopio.

Colores infinitos, transparente velo tejido con la seda del tiempo, mezquitas que ponen horizonte a un paisaje que de tan ajeno y lejano se me hace propio, cercano... vida, más vida...y en los colores el alma de cien siglos esperando... aguardando... dejar de ser Asia para sentirse Europa, o quizás soñando con dejar de ser Europa y para sentirse Asia... !que más da, si el destino es el mismo!.

Estambul tiene tantos secretos como una mujer e intentar develarlos es absurdo porque lo que ofrece esta ciudad es la posibilidad de experimentar en ella y con ella la ilusión del navegante. La ansiedad calma del pescador. La ficción del regateo y la bruma que tiñe sus colinas y sus encuentros.

Sus dulces y sus especias –por citar algunas de sus versiones más populares- acaso reflejen la variedad conceptual y el carrusel de creencias desde la que este maravilloso sitio fue creciendo.

A Estambul no se va de visita. Se va a rendir homenaje a los testimonios que en cada uno de los rincones de ese puerto ha dejado la pasión más genuina de la humanidad. Yo deseo volver pronto, hay tantos lugares por conocer, tantas sensaciones que experimentar, tanto color y tanto perfume que guardar...