jueves, 21 de enero de 2010

!Tierra, no tiembles más!!!

Desde la espera presiento la llegada.
Vienen, vuelan, llegan...
conquistan las orillas de cielo
y en una amenaza de sol,
casi sin aviso, la espera se hace mar y tierra quebrada.
La música, la sal y la hoja que baila
tiritan entre los temblores,
entre cada latido y cada lágrima;
me derrota el polvo,
ese que pone color y tacto al aire,
ese que huele a desesperación y a nada;
me derrota la música que estalla en lamento,
en grito desesperado de quien tiende la mano
y no encuentra nada... solo el aire, el polvo
y aquella orilla de cielo
se hace frontera entre el miedo y la nada.
Derrótame, vida.
Vida, vénceme... haz de mí luciérnaga sin luz,
soplo y aliento de nubes.
Haz de mí espera de la esperanza
y corazón roto por el temblor del alma.
Desde la espera presiento la llegada...
Vienen, vuelan, llegan... el latido de todos los corazones
mal herido y enterrados
entre el grito de la tierra y el temblor del alma.