miércoles, 6 de julio de 2011

POR LAS PIEDRAS DEL CAMINO

Ya no me recuerdan las piedras del camino ni la sombra fresca de los recuerdos.

Ahora, estoy aquí: sentado o de pié, gritando o enmudecido, subiendo o bajando... amando... y a veces, odiando.

Las piedras del camino parecen estar sembradas en la tierra, son plantas que tienen raíces de agua y pétalos de dura tormenta, las piedras del camino florecen cada mes de Julio cuando las ranas bailan entre los brillos de la noche y las estrellas se desatan del cielo.

Solo el camino recuerda mis huellas, solo la leve capa de polvo y tierra se hace colchón para mis pies, solo la tierra apretada como una col es capaz de hacerme sentir que el hilo de la vida no me ata sino que me libera para hacerme preso de un destino incierto.

Ya no me recuerdan las piedras del camino.... quizás sea porque el camino se convirtió en vereda y la vereda en sendero... y el sendero en un sueño derrotado atado a unas piedras imaginarias...ya no me recuerdan las piedras de camino y sin embargo yo si las recuerdo a ellas y hasta puedo ponerles nombre y fecha, puedo vestirlas y desvestirlas...hasta puedo sentir que dentro de mis sueños las piedras y el camino son la misma cosa...eso...un sueño, sí, un sueño con mariposas trasparentes que se alimentan de luz, mariposas de agua, blancas como la cal, mariposas de ámbar, de hielo, de viento... mariposas de piedra paradas en las orillas de mi camino.