martes, 21 de febrero de 2012

SERENAMENTE SERENO


Pasan las horas, se gastan como la luz antes de hacerse sombra. Arriba, en el azul casi gris del último cielo de la tarde, Selene sonríe. Atropellada por una nube que da tumbos sin saber fijar un rumbo, nube que va y viene que sube y baja, que se hace corazón tatuado o caballito de mar.
Me aparto para dejar pasar al silencio, arrogante, enigmático, intrigante... El tirano de las emociones que teje a tu alrededor una crisálida de hilos de aire, de hebras de viento recién parida por la sal que hace brillar la cresta de la ola. Ola de un mar que amenaza con salirse de su molde, con hacerse remolino de agua donde el pánico hacen gritar A las sirenas mas hermosas. Yo, Ulises, maniatado con las cuerdas del destino, ensordecido por tapones de cera, sueño que pasan las horas, que se gastan como la luz antes de hacerse sombra y que el azul casi gris del último cielo de la tarde, despiertan mis instintos más básico y me dejo morir en el viento, en la tormenta de una palabra: yo, serenamente sereno.