Había una vez un niño pequeño, de unos tres años de edad, jugando en el balcón del piso donde vivía con su madre. Jugaba con un balón y al botarlo en la pared se calló a la calle. El niño quiso ver donde había caído su balón y para ello se subió a una silla, cuando estaba asomado perdió e equilibrio y calló. Lamentablemente el niño murió. La madre tras superar el luctuoso acontecimiento decidió tener otro hijo. Tres años después el niño estaba jugando en el balcón con una pelota que terminó cayendo a la calle. Entonces el niño se subió a una silla y cuando perdió el equilibrio y parecía que se iba a caer la madre lo cogió de la cintura evitando lo que parecía inevitable, que corriera la misma suerte de su hermano. Entonces el niño, al sentirse seguro en los brazos de su adre dijo: mama, ¿te acuerdas cuando me caí y me maté?
Esta noche -2 de Febrero- "La Cantamora" se reflejará en el agua de "La Luná" y hasta que puede que cante alguna antigua canción de desamor. A esta leyenda tan Usagreña y a la gente que hemos tenido la suerte de ver a la sirena va dedicado este cuentecillo, que aunque no tiene nada que ver con "La Cantamora", si es lo que me ha dado tiempo a escribir cuando me he acordado que es esta noche la "noche mágica" en la que por Usagre paseará "La Cantamora".