viernes, 6 de abril de 2018

Relatillos de PRIMERA, perdón... de PRIMAVERA. (el viento)


En la esquina de la calle la brisa y el soplo de la tarde se unían en un abrazo de aire. Era la liturgia invisible de una ceremonia tan etérea que pasaba desapercibida a casi todos. Ella, se dio cuenta cuando la mariposa de sus sueños fue arrastrada hasta ningún lugar por aquel aire renacido de tan prolongado saludo entre el soplo de la tarde y la brisa furtiva,  que juegan a perseguirse entre las hojas perfumadas de los naranjos de la calle. Después se entretienen en abanicar la faldas de las muchachas y enredar las mechas canas de las señoras mayores que pasean, sin pasear, o andan , sin andar, mirando escaparates aquí y allá. El viento es un niño travieso, a veces te besa y a veces te araña. Te trae el sonido de la música o se lleva el silencio de tus sueños. El viento juega sin juguetes, hace que las banderas de la paz entren en batalla contra él y que las banderas de guerra queden enredadas en sus mástiles de hierro y pólvora. Es en encargado de llevar nuestra alma a esos rincones donde encontrarnos con nosotros mismos. En la esquina -a la calle- la abraza el viento, que es el hijo secreto de la brisa y del aire.