viernes, 11 de julio de 2008

LOS SERVICIOS SOCIALES Y EL FESTIVAL DE EUROVISION (primer capitulo)

La mañana estaba serena, serenísima, las 7:15. El horizonte comenzaba a teñirse de ocres y blancos... anunciaban un dia de sol otoñal, uno de esos dias en los que el aire huele a especias orientales, o a pachuli, o a yerbabuena... Yo, tan nervioso como el sol queriendose desperezar en el horizonte... yo, intrigado, espectante, contento... en el fondo esperando que el nuevo trabajo, el nuevo lugar -La Carlota- y los anuevos y viejos compañeros/as, fuesen el aliciente que me faltaba, el escaloncito que subir... despues de muchos, muchos meses sin trabajar, despues de más de diezmil lágrimas... despues de intentar abrir alguna puerta sin cerrar ventanas, despues de un ¿Pero porque me esta pasando esto a mi?... me iba a enfrentar a un nuevo reto. Esto no me asustaba, en todo caso me intranquilizaba lo justo, sí, lo justo por suponer que las personas cambiamos, y que me reencontraría con compañeros que yo estimaba, que yo respetaba, que yo quería...pero, ¿y ellos, seguirian ahí...siendo como en mis recuerdos?.
la maña de otoño era, en definitiva, el comienzo de un día de alegres reencuentros. Eso quería pensar y de eso me iba convenciendo kilometro a kilometro... La mañana era luminosa, tanto como la ilusión invadía -sin pedirme permiso- mis sentimiento y mis espectativas.
No, no voy a citar nombres, no me parece justo poner -sin consentimiento- nombre a personas, compañeros y amigos, para ellos quiero el anonimato, quizas por el temor (?) a que lo que yo escriba o exprese en estos renglones les pueda "de alguna manera" perjudicar bien como personas, bien como trabajadores, bien como amigos. Pero estoy seguro que ellos, si algun día se topan con este blog y se detienen a leerlo, se van a identificar, seguro que será así.

Dos vueltas a la manzana....aparco... no son aún las 8:00 h. espero en el coche fumando y escuchando las noticias. el reloj de la cercana torre de la iglesia comienza su trabajo y tañe ocho campanadas seguidas, una detras de otra... alguien se acerca y abre la puerta del Molino del Rey, yo sigo observando y esperando... interiormente un cierto atisbo de nerviosismo me hace cosquilla en la garganta y hace que trague saliba.

El primer encuentro fue agradable, muy agradable, un cariñoso abrazo, una sonrisa tras otras y un !que bien! !que me alegro que estes aquí!... yo en mi interior sentí aquella misma alegria, era un intercambio de impaciencia por querer borrar el espacio de tiempo que nos había separado, esa primera persona, compañera, amiga...confidente...me lo dijo todo con su mirada, con su tacto en el abrazo, con sus labios en los besos... con sus manos... fuen un reencuentro con "angel" con chispa, con la alegría de los mejores deseos. Por un momento el aire se perfumó con olores de campo y de cáscaras de naranjas.

El segundo encuentro fué igual de agradable, un !cariño...!, ¿tu que haces aquí?...interrumpido por el sonido tibio de dos besos y un abrazo igual de largo y cariñoso como el anterior. El aire se preñó de recuerdos, de risas de lejanos encuentros, de miradas que en el fondo hablaban por sí solas y a las que casi se les podía oir diciendo...!que me alegro que nos hayamos reencontrado!, era una brisa marinera con olor a sal y sabor a melocotón maduro, era una gotita de agua marina y arena de húmeda de playa... era, era...fué perfecto.