domingo, 21 de junio de 2009

HOY ES VERANO


Un día y otro más… y otro. Una noche y cien más…y otra más.

Las estrellas se han aliado con la luz del sol, con el resplandor de la luna, con el brillo de las luciérnagas, con el resplandor de las hadas…Los planetas se ponen en fila, las distancias se igualan y con un hilo invisible todo se amarra, todo se ata y depende de la misma cuerda, de la misma frecuencia, del mismo latido, del segundo mas largo del año… Hoy por fin es verano.

No desapareció la magia, continúa aquí, trayendo y llevando los sueños que aún esperan con ser soñados, llevando y trayendo la sal en la ola. El mar está lejos, no puedo divisarlo desde mi tejado de sierra morena, no puedo olerlo desde mi terraza del Guadiato, no puedo dejarme acariciar por su brisa, por su viento leve de caracola…El mar esta lejos, tan lejos que su eco no llega hasta mi orilla de rio y sierra… Mi mar está unido al verano, a mi verano de siesta debajo del nogal, de higuera, de madre selva, de jazmín y malva loca.

Se fue la primavera, con sus guantes de cristal, con su nacarado abanico, con sus zapatitos de romerías, con las niñas y los niños vestidos de primera comunión… se fue y antes quiso recolectar las últimas lágrimas perdidas entre un adiós y un olvido, y se le rompieron al guardarlas en la redoma de las ausencias. Se fue la primavera con sus labios vacíos, con el color del beso del verano en su piel cuarteada por tanta espera.

No quiso oír la voz que le susurraba: “Espera, aún no es tiempo, aún no han caído las últimas flores del magnolio, aún su aroma de limón no nos invita al sueño...” No hizo caso y, sin mirar atrás, saltó entre los satélites más lejanos como huyendo del canto de los ruiseñores y de las oropéndolas… sabía, demás, que estaban marcadas las claves en un calendario de nombres infinitos con infinitas páginas, con números infinitos.

Con su marcha abrió las venas al futuro, a playas y palmeras, navíos surcando olas del desierto, a nerviosismo de conocer países remotos, al olor de especias nuevas, al color del mar mediterráneo cuando se hacer turco o griego…soñamos con ese viaje y dejaremos al poniente nuestro ventanal de sierras sin nubes, las risas del magnolio floreciendo...y el azul de la mañana será otro azul, más azul…tan azul como las tardes de verano.