lunes, 4 de julio de 2016

"LA LEYENDA DEL HILO ROJO"


Después  de algunos meses reanudo mi actividad literaria. Este tiempo pasado lo he estado dedicando a otro menesteres, aunque también literarios. (El dar forma y el perfil definitivo a mi libro me ha llevado muchas "peleas" conmigo mismo)

Os presento "La leyenda del Hilo Rojo". Una explicación de una de las fabulas que trata de dar respuesta a una pregunta que muchas veces nos hacemos...

A lo largo de nuestra vida, en mas de alguna ocasión, reflexionamos y buscamos explicación al motivo o razón que le da sentido a nuestra existencia. Tratamos de justificarnos y entender los acontecimientos o circunstancias que justifiquen nuestro aparentemente azaroso paso por la tierra, por la vida. Como resultado de esta búsqueda de respuestas a esta pregunta,  las distintas culturas, unas conocidas y otras no, las actuales y las que existieron hace miles de año, y seguramente las del futuro próximo, a lo largo de los siglos han construido innumerables leyendas sobre el destino del hombre y su conexión con el universo. La realidad es como un carrusel en permanente movimiento y transformación en el que, queramos o no, estamos subidos y no tenemos -al menos eso creemos- la opción de bajarnos sin que ello suponga el desequilibrio de -aún mas- de nuestras perfectas  imperfecciones.

Una de estas explicaciones, la mas hermosa y poética de las que conozco, es La leyenda del hilo rojo, un cuento de origen japones que explica -de forma serena y lleno de sutilezas-  por qué todo lo que sucede tiene una razón de ser, cómo todas las personas con las que nos cruzamos en el camino largo o corto de nuestras vidas llegan a nosotros por algo.

… Cierra los ojos, siente que te rodea un perfume de tranquilidad... la tranquilidad huele a madreselva y limón... Imagina la sangre, tu sangre, tan roja como la amapola en la orilla del camino, que te da vida y que corre por tu cuerpo como el agua bendita serpentea entre los surcos de un huerto, germina la semilla y pone el verde a la vida de la flor, de fruta, de la hierba. Siente que ese perfume limpio y profundo te llena por entero... Piensa en los millones de venas y arterias por la que tu sangre, tu perfume, se desliza en silencio hasta llegar a cada rincón del cuerpo, a cada poro... Incluso, en ocasiones, se salta los límites de la carne para fundirse con la nada -siempre presente- del alma. Lo sorprendente, pero demostrado, es que de todas las posibles conexiones en tu sistema circulatorio hay una directa entre tu corazón y tu dedo meñique. Realidad que la hace posible la arteria cubital que une estos dos puntos de tu cuerpo, posibilitando que  estén siempre conectados. Nuestro dedo pequeño e insignificante se convierte en el mejor embajador del corazón, cajita mágica donde se guardan los sentimientos y las emociones. En algunas culturas para sellar una promesa, o sellar un pacto o un acuerdo importante, entrelazan la punta de los dedos meñiques las personas “que firman” el compromiso.

En resumen, cuenta La leyenda del hilo rojo que no es en el dedo meñique ,el dedo más pequeño de tu mano, donde termina esta conexión con tu corazón, sino que del meñique nace un invisible hilo rojo por el que circula el perfume del alma y que conecta de forma profunda y no fortuita con los hilos de otra -o de otras- personas, es decir, con sus corazones.

Aquellos que estén unidos por un el hilo rojo están atados por la fuerza de la vida y del universo, y comparten un mismo perfume de alma, que están destinados a encontrarse, a vivir una historia de aprendizaje mutuo y de ayuda sin importar el tiempo, la distancia o las circunstancias que los separen. A lo largo de la vida el hilo rojo puede extenderse, no importa que pueda enredarse, incluso puede alejándonos momentáneamente de esa o esas personas, pero nunca, nunca puede romperse.

Para los que creen en esta leyenda la concepción de la vida, el destino y las relaciones humanas nace de una concepción holística del mundo ( El holismo enfatiza la importancia "del todo" considerado en su globalidad) en donde nuestra energía y fuerza vital se ramifica más allá de nuestro cuerpo y nos une al universo y a los seres que forman parte de él. El hilo rojo es una forma de comprender al ser humano como parte de un todo, de una red de vida que se nutre de las relaciones, del dar y el recibir que cobra sentido cuando comprendemos por qué estamos en la vida de alguien, o de qué manera podemos ayudarle - dejarnos ayudar- en el camino de la vida.
Nuestro hilo rojo nos marca el destino, es un itinerario trazado que nos acerca a quienes más nos necesitan y a quienes más necesitamos. Para los japoneses esta es una forma de pensar, nada es producto de la suerte o el azar, y que no somos tan poderosos cuando creemos o nos vanagloriamos de que decidimos sobre nuestras vidas.
Valdría la pena entonces preguntarnos ¿con quién estoy vinculado mediante el hilo rojo?, ¿qué debo aprender de las personas que están unidas a mi vida?.¿Que sentimientos, emociones y comportamiento he sido capaz de comunicar a los demás?

Os dejo esta linea de reflexión que, seguramente, en mas de una ocasión ha rondado nuestra mente y nuestros temores... Hay que ser valientes, decididos y sobre todo saber apreciar la gratitud con la que nos darnos y de la que recibimos de los demás... ç

El alma huele a madreselva y limón y como el agua liberadora y  luciérnagas de luz  nos regala el don de la vida.