Después de algunos meses reanudo mi actividad literaria. Este tiempo pasado lo he estado dedicando a otro menesteres, aunque también literarios. (El dar forma y el perfil definitivo a mi libro me ha llevado muchas "peleas" conmigo mismo)
Os presento "La leyenda del Hilo Rojo". Una explicación de una de las fabulas que trata de dar respuesta a una pregunta que muchas veces nos hacemos...
A lo largo de nuestra
vida, en mas de alguna ocasión, reflexionamos y buscamos
explicación al motivo o razón que le da sentido a nuestra existencia. Tratamos de
justificarnos y entender los acontecimientos o circunstancias que
justifiquen nuestro aparentemente azaroso paso por la tierra, por la
vida. Como resultado de esta búsqueda de respuestas a esta pregunta, las distintas culturas, unas conocidas y otras no, las
actuales y las que existieron hace miles de año, y seguramente las del futuro próximo, a lo largo de los siglos han construido innumerables leyendas sobre el destino del hombre y
su conexión con el universo. La realidad es como un carrusel en permanente
movimiento y transformación en el que, queramos o no, estamos
subidos y no tenemos -al menos eso creemos- la opción de bajarnos sin que ello suponga el desequilibrio de -aún mas- de nuestras perfectas imperfecciones.
Una de estas
explicaciones, la mas hermosa y poética de las que conozco, es La
leyenda del hilo rojo, un cuento de origen japones que explica -de forma serena y lleno de sutilezas- por qué todo lo que sucede tiene una razón de ser,
cómo todas las personas con las que nos cruzamos en el camino largo
o corto de nuestras vidas llegan a nosotros por algo.
… Cierra los ojos,
siente que te rodea un perfume de tranquilidad... la tranquilidad
huele a madreselva y limón... Imagina la sangre, tu sangre, tan roja
como la amapola en la orilla del camino, que te da vida y que corre
por tu cuerpo como el agua bendita serpentea entre los surcos de un
huerto, germina la semilla y pone el verde a la vida de la flor, de fruta, de la hierba. Siente que ese perfume limpio y profundo te llena por
entero... Piensa en los millones de venas y arterias por la que tu
sangre, tu perfume, se desliza en silencio hasta llegar a cada rincón
del cuerpo, a cada poro... Incluso, en ocasiones, se salta los límites de la
carne para fundirse con la nada -siempre presente- del alma. Lo
sorprendente, pero demostrado, es que de todas las posibles
conexiones en tu sistema circulatorio hay una directa entre tu
corazón y tu dedo meñique. Realidad que la hace posible la arteria cubital
que une estos dos puntos de tu cuerpo, posibilitando que estén siempre conectados. Nuestro dedo pequeño e insignificante se convierte en el mejor
embajador del corazón, cajita mágica donde se guardan los sentimientos y las emociones. En algunas culturas para sellar una
promesa, o sellar un pacto o un acuerdo importante, entrelazan la
punta de los dedos meñiques las personas “que firman” el
compromiso.
En resumen, cuenta La
leyenda del hilo rojo que no es en el dedo meñique ,el dedo más pequeño de tu mano, donde
termina esta conexión con tu corazón, sino que del meñique nace
un invisible hilo rojo por el que circula el perfume del alma y que
conecta de forma profunda y no fortuita con los hilos de otra -o de
otras- personas, es decir, con sus corazones.
Aquellos que estén
unidos por un el hilo rojo están atados por la fuerza de la vida y
del universo, y comparten un mismo perfume de alma, que están destinados
a encontrarse, a vivir una historia de aprendizaje mutuo y de ayuda
sin importar el tiempo, la distancia o las circunstancias que los
separen. A lo largo de la vida el hilo rojo puede extenderse, no
importa que pueda enredarse, incluso puede alejándonos
momentáneamente de esa o esas personas, pero nunca, nunca puede
romperse.
Para los que creen en
esta leyenda la concepción de la vida, el destino y las relaciones
humanas nace de una concepción holística del mundo ( El holismo
enfatiza la importancia "del todo" considerado en su globalidad) en
donde nuestra energía y fuerza vital se ramifica más allá de
nuestro cuerpo y nos une al universo y a los seres que forman parte de él. El
hilo rojo es una forma de comprender al ser humano como parte de un
todo, de una red de vida que se nutre de las relaciones, del dar y el
recibir que cobra sentido cuando comprendemos por qué estamos en la
vida de alguien, o de qué manera podemos ayudarle - dejarnos ayudar- en el camino de la vida.
Nuestro hilo rojo nos
marca el destino, es un itinerario trazado que nos acerca a quienes
más nos necesitan y a quienes más necesitamos. Para los japoneses esta es una forma de pensar, nada es
producto de la suerte o el azar, y que no somos tan poderosos cuando
creemos o nos vanagloriamos de que decidimos sobre nuestras vidas.
Valdría la pena entonces
preguntarnos ¿con quién estoy vinculado mediante el hilo rojo?,
¿qué debo aprender de las personas que están unidas a mi vida?.¿Que sentimientos, emociones y comportamiento he sido capaz de comunicar a los demás?
Os dejo esta linea de
reflexión que, seguramente, en mas de una ocasión ha rondado nuestra
mente y nuestros temores... Hay que ser valientes, decididos y
sobre todo saber apreciar la gratitud con la que nos darnos y de
la que recibimos de los demás... ç
El alma huele a madreselva y limón
y como el agua liberadora y luciérnagas de luz nos regala el don de la
vida.