Te recuerdo sobre las olas,
peinando el aire, perfumando la brisa
con el olor de las algas, de las caracolas,
con la esencia del fondo del mar.
Allí, atada a la cuna del agua,
guardando equilibrio entre el recelo y la confianza,
abriendo los ojos al azul del cielo,
ese mismo azul que da color al alma del mar;
regálame tus ánforas, los brillos de plata,
el rostro de la luna cuando duerme en el agua,
Te recuerdo sobre las olas,
tiritando entre el cristal de la luz
y el frio de caricias recién inventadas.
Te recuerdo sobre las olas,
dibujando la linea de sal que separa
lo incierto de la verdad
y la verdad de lo incierto...
dibujando amaneceres trasparentes
como las escamas de los hijos del agua,
como los nardos de coral antes de serlo,
como las miradas... tus miradas.