lunes, 17 de junio de 2019

ORACION AL NOGAL


El tiempo se había dormido entre las ramas del nogal. En lo alto, en lo mas alto de lo alto, un sinfín de pájaros brillantes tejían la red de la vida y de los sueños. Las estrellas eran golondrinas y oropéndolas brillantes, hechas de lentejuelas de plata. La luna, como alcaldesa del cielo, controlaba cualquier movimiento, por la noche no estaba permitidos que las brillantes y lejanas aves volasen con libertad, solo de día podían hacerlo porque con la luz del sol los humanos no podemos apreciar los movimientos del cielo. Solo alguna de las valientes, las ninfas, tórtolas o aves del paraíso se atreven a realizar un vuelo corto, entonces, la cúpula oscura del firmamento se ilumina con brillos distantes y efímeros que dejan tras de sí un surco de silencio y de nada. La luna se enoja y llenándose de luz se  enrojece y muestra su disconformidad y hace ver a los demás su autoridad.

El nogal es un árbol noble, tan noble como su redondo fruto que se protege con una cáscara fuerte de los dientes de animales y de los cascanueces de los humano.
El tiempo no es mas que una sensación, es un suspiro silencioso entre un acontecimiento y otro, entre un ahora y un después y que en cuanto  pasa el ahora se hace pasado.
Si el tiempo fuese árbol sería, sin dudas, un nogal.

En la Ribera de Usagre, en el que fue vergel de huertas donde la higuera, el cerezo, el guindo y el melocotonero luchaban para hacer que sus frutos fuesen el mas abundante y de mejor sabor, era el nogal quien destacaba entre ellos, no solo por su altura y robustez sino, también, por su verde hoja y el amargor de la cáscara de su fruto antes de madurar.

En la Ribera de Usagre, en el que fue vergel y ahora es casi un pobre olivar, el agua ya no corre entre limos y juncos, el agua no canta compitiendo con el croar de la rana o el sutil ruiseñor, el agua es una lágrima que sin fuerza se resbala entre las piedras. El agua no es una poza donde se bañan niños y mayores, es un charco con los filos secos donde solo la mosca o el mosquito se benefician de su incierta frescura.

En la Ribera de Usagre por las noches hay robos y pillaje. Seguro que esos malandrines humanos no saben ni de sentimientos ni de sensaciones ni de respeto a lo que no es suyo. Ya es el segundo año que, algún hijo de alguna santa puta, arropándose con la “sabana santa” de la noche, se ha llevado el agua de la “Noria de la Huerta del Pajarero”. Las estrellas, las orpéndolas, los ruiseñores me lo han contando y mis ojos y los de mis vecinos han visto como -de la noche a la mañana- el agua no estaba en su hueco fresco, alguien, algún ladrón se la llevó. 
Seguro que el tiempo estaba dormido entre las ramas fuertes de algún nogal y por eso no avisó a la autoridad, y la luna, la alcaldesa del cielo, estaba pendiente de las estrellas fugaces y no presintió el absurdo hurto.

Este año las madres del agua, los manantiales y las fuentes que son las ventanitas por donde se escapa el agua para respirar después de largos trayectos bajo tierra, este año las madres del agua son un hilo azul trasparente que se enreda entre las raíces del nogal, del cerezo o del melocotonero y no sale para respirar. Este año la Ribera de Usagre se muere entre plásticos, troncos sueltos, jaramagos, juncos dañinos y cieno maloliente.

Este años por orden de la alcaldesa se secará. Quizás sea lo mejor porque así nuestro entorno parecerá más industrial, más europeo, más social (?). !Bien venidos tractores cisternas que se llevan riquezas propias para facilitar fortunas ajenas!

Ay Luna lunita luna… deja de vigilar a las “aves fugaces” y vela para que el ladrón no se apropie de lo que no es suyo... porque es nuestro, y que el nogal continúe siendo alto verde y noble, y que hortelano, azada o escardillo en mano, no se convierta en dueño de pobre olivar...


AMEN.