domingo, 9 de junio de 2024

ME ESTOY VOLVIENDO VIEJO

Te estás volviendo viejo me dijeron. 
Has dejado de ser tú, te estás volviendo amargado y solitario. 
No, respondí. 
No me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo sabio. 

He dejado de ser lo que a otros agrada, para convertirme en lo que a mí me agrada ser. He dejado de buscar la aceptación de los demás para aceptarme a mí mismo. He dejado tras de mí los espejos mentirosos que engañan sin piedad. 
No, no me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo asertivo, selectivo de lugares, de personas, de costumbres e ideologías. He dejado ir apegos, dolores innecesarios, personas, almas y corazones. No es por amargura, es simplemente por salud. 

Dejé las noches de sueños de almohadas por insomnios de aprendizaje, dejé de vivir historias y comencé a escribirlas. Guardé en una caja de zapatos los estereotipos impuestos, costumbres y obligaciones impuestas, y enterré la caja en un lugar bello pero lejano. 
Dejé de usar maquillaje para ocultar mis heridas, ahora llevo un libro que embellece mi mente y mi alma. Cambié las copas de vino por tazas de café, me olvidé de idealizar la vida y comencé a vivirla.
No, no me estoy poniendo viejo, pues llevo en el alma lozanía, y en el corazón la inocencia de quien a diario se descubre. Llevo en las manos, la ternura de un capullo de gusano de seda que, al abrirse, su mariposa expandirá sus alas buscando sitios inalcanzables para aquellos que solo buscan la frivolidad y lo material. 
Llevo en mi rostro, a veces, la sonrisa.. a veces la seriedad, que se escapan y atraviesan la simplicidad de la vida, de la naturaleza. Llevo en mis oídos el mensaje de los ruiseñores cuando juegan a poner música a la madrugada, pero no lo demuestro porque a nadie debe importarle. 

No, no me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo selectivo, apostando mi tiempo a lo intangible, reescribiendo el cuento que alguna vez me contaron, redescubriendo mundos, rescatando aquellos viejos libros que a medias páginas había olvidado. 
Me estoy volviendo menos prudente, intento dejar atrás los arrebatos que nada enseñan. Estoy aprendiendo a hablar de cosas trascendentes, estoy aprendiendo a cultivar conocimientos, estoy sembrando ideales y para que florezcan ilusiones. No, no es que me esté volviendo viejo por dormir temprano los sábados, es que también los domingos hay que despertar temprano, disfrutar el café sin prisa y leer con calma un poemario. 
No es por vejez por lo que se camina lento, es para observar la torpeza de los que a prisa andan y tropiezan con el descontento. No es por vejez, por lo que a veces se guarda silencio, es simplemente porque, no a toda palabra hay que hacerle eco. No, no me estoy poniendo viejo, ahora estoy comenzando a vivir lo que realmente me interesa. 

  (de una página de facebook más algunas aportaciones)