martes, 1 de octubre de 2019

QUINTA ENTREGA DEL RELATO: ""DEJA QUE DIOS SEA DIOS... TU SOLO ADORALE"".. El Principio, Tel Aviv, Ain Karen, El Monte Tabor.




EL PRINCIPIO.

AVISO IMPORTANTE
INICIAMOS LA PEREGRINACION.
SI no he guardado en la narración un orden por días ha sido intencionadamente, esta -que es la quinta publicación- debería ser la primera, pero no es así, porque así lo he querido... me explico:
 Nuestras emociones, pensamientos, recuerdos y vivencias aunque en el tiempo se pueden situar en orden : primero las de la mañana, luego las de la tarde, después las de la noche... primero las del lunes, luego las del martes... y así sucesivamente, en la realidad NO ES ASI, las emociones, recuerdos, vivencias no se evocan -y mucho menos recapitulan- por orden en el tiempo sino por la importancia, significación, interés o trascendencia que han tenido para nosotros. Al ir escribiendo me he dejado llevar por esos estímulos o impulsos, y de ahí que todo el relato sea como un gran puzle. Son muchas piezas que tendréis que ir encajando y así ver que cada cosa está en su lugar, dónde debe estar aunque tengamos esa sensación “maravillosa” de desorden...
Soy así de imprevisible y maravilloso... y no lo puedo evitar por muy arrogante que te y me parezca.


“”COMO ARRIBA ES ABAJO””

Las primeras luces del día dejan ver el horizonte de Madrid. En los polígonos comerciales luces de cien colores diferentes anuncian marcas y establecimientos. Mas cerca, en el pecho, el corazón se contagia de esos colores y comienza a advertir que ya queda menos y se acelera la respiración. Antonio se encarga de dar los buenos días. Una oración poniéndonos en las manos del Padre y la protección de María se encarga de aumentar una emoción contenida que casi se confunde con un estado de impaciencia que en vez de empujarnos parece aletargarnos y hundirnos en los asientos del bus. En un rato estaremos volando hacia Tierra Santa. Se seca la boca y al beber de la botella no puedo dejar de observar como los compañeros de viaje van como yo: expectantes.

En el aeropuerto todos son prisas.
Tenemos que pasar el control de los servicios policiales de Israel. Estábamos advertidos que nos harían preguntas y todo con el objetivo de asegurarse que nuestro viaje y estancia en Israel no tendría nada que ver con políticas, apoyos sectarios o actividades que fuesen en contra de la actual autoridad israelí.

-”Hagan una fila de tres… Por favor, muévanse a la izquierda y hagan una fila de tres...” así repitió hasta tres veces el supervisor de la entrada a la zona de billetes y facturación. Terminó por murmurando que los españoles somos los únicos que no entendemos la orden de hacer una fila de a tres.

Para acceder a los mostradores hay que superar una entrevista, que te la hacen “alegando motivos de seguridad”, agentes especiales de la policía Israelí. No me asustó el ser el primero del grupo en someterse a aquel “5º grado de interrogatorio” en el que había que contestar a cuestiones tan inesperada como:
- ¿Quien hizo su maleta?
- En el transcurso del viaje o en algún momento ¿Ha perdido de vista a su equipaje?
- ¿Conoce usted a alguien en Israel?
- Conoce usted a todos los integrantes del grupo?
- ¿Porque o para que viaja usted a Israel?

Del grupo de peregrinos todos aprobamos aquel examen, así que facturamos sin contratiempos, eso sí, alguno tuvo que soportar que le abrieran la maleta o le vaciaran la mochila. Se supone que la policía también tiene que cubrir el expediente.

Tras la lenta facturación, y ya con el billete en el bolsillo, un desayuno ligero a todas prisas y carrera hacia la zona de embarque.
Miguel Angel, Antonio y Fran contaban a cada trecho al personal asegurándose de que “aquel rebaño de hijos de Dios” no se quedaba nadie atrás.

Nuevamente el corazón avisa. Una inquietud combinada con la sensación propia de temor al avión, se abre paso desde dentro hacia fuera y termina con un encoger los hombros y un suspiro al que tratas de enmudecer cuando te das cuenta que se te escapa.

Ya en el avión, una vez superada la impaciencia del despegue, cada cual se acomoda como puede para echar una cabezadita y así hacer que el viaje se acorte. Unos apoyan sus almohadas de cuello sobre el respaldo, otros sobre el borde la la ventanilla. Hay quien siente frio en las piernas y pide una manta a la azafata.
- !por favor me da una vaso de agua!
La azafata sonríe sin desvelar si ha entendido o no la petición. Al minuto vuelve con una bandeja y sobre ella una jarra y media docenas de basitos de cartón. Es el momento en el que a todos los pasajeros cercanos a quien pidió el agua se le antoja también un vaso.

De la comida abordo, dos opciones: ensalada de verduras con una salsa agridulce que estaba "calentona", o, bocadillo de carne, era una par de filetes de ternera cubierto con una salsa muy muy especiada que hacia que supiera a cualquier cosa menos a carne. Prefiero no hacer ningún comentario más sobre este tema porque aumentaría ni negatividad y eso, valga la redundancia, sería negativo para ca continuidad de este relato.
El aterrizaje se presintió con la misma intensidad que el despegue vivido hacía seis horas, nuevamente un suspiro hecho aire trajo tranquilidad al pasaje.

TEL AVIV
De la tradición al más absurdo modernismo.

El autobús espera a la salida del aeropuerto “Ben Gurión” en Tel Aviv. El guía nos había recibido a las puertas de las llegadas, se presentó nos dijo su nombre "Michel", nos condujo, en mi opinión con prisas de más, al aparcamiento donde estaba el bus. Una vez acomodados procedió a darnos la bienvenida de forma mas extensa y a presentarse nuevamente añadiendo algunos datos además de su nombre. Contó que era cristiano, nacido en Belén, ciudad donde residía en la actualidad. Comentó haber viviendo en Estado Unidos y en España. A lo largo de los trayectos en autobús aprovecharía para contarnos alguna que otra anécdota personal y marcar su inclinación política y por supuesto de la importancia política y social de los kibutz. Durante el desplazamiento -del aeropuerto al hotel- nos fue describiendo algunas particularidades de aquella enorme ciudad conde rascacielos y barrios elitistas conviven con construcciones antiguas y zonas de aspecto mas pobres.
Todos los peregrinos mirábamos para un lado y otro, como queriendo comprobar que todo estaba en orden que no había guerra. La ausencia de carros de combate y camionetas con ametralladoras, sin dudas, no trasmitió tranquilidad.

El hotel era un edificio alto, 18 pisos separaban el hall de la piscina situada en su terraza, no parecía muy nuevo pero estaba bien acondicionado.
Abrir las maletas, una ducha, cambio de ropa y como nuevo, y una nueva aventura: la de enfrentarnos a sabores nuevos.
La cena fue divertida:
- “esto pica mucho”
- “esto pica menos”
- “¿Esto que será?”… “Yo lo voy a probar” Aquella feria de sabores y colores sobre el plato a más de uno nos aportó mal estar en el estómago, y algún “fortaset” -se ofrecía por quien tuvo la idea del “Por si acaso”- a los que no pensamos que una simple guindilla nos podía aguar la noche.

Tel Aviv fue vista y no vista porque -tras un desayuno con diversidad de posibilidades en cuanto a la combinación de distintos alimentos -el autobús y Michel nos esperaban para iniciar- ahora sí, nuestro peregrinar por Tierra Santa.


Nuestros primeros destino serían: CESAREA MARITIMA, MONTE CARMELO Y NAZARET, de estos lugares ya he escrito en publicaciones anteriores a esta, así que damos un salto hasta el primer día en Jerusalén.



Despertamos en Jerusalén, parecía como si allí las noches duraran menos y se madrugara más... y es verdad el sol sale antes, amanece mas temprano que en España, ese descompás de tiempo desconcierta los primeros días... pero te vas acostumbrand. Igual que te acostumbra a l desayuno abundante, fuerte y copioso a las siete e la mañana, a la comida al medio día antes de la una y a la cena a las 8 de la tarde.

Mientras abandonábamos la capital de Israel por anchas avenidas y zonas de parques bien cuidados, Michel daba explicaciones sobre el origen de la ciudad: "La montaña verde, ese es el significado de su nombre". Los edificios mas altos parecían apilarse a un extremo, mientras que por el otro eran los kibutz los que se sucedían a ambos lados de la carretera. Michel explicó que el primer destino estaba cerca, se trataba del pueblo donde vivieron Zacarias y Santa Isabel... pero dejad, dejad que os cuente:


AIN KAREN. Lugar iluminado por los ojos de María y su prima Isabel.
Ain Karem tiene una especial significación para el cristiano. Es el pueblo donde vivieron Zacarías e Isabel, los padres de Juan el Bautista. Es el lugar de “la Visitación”, donde María, la madre de Jesús, visitó a su prima Isabel antes del nacimiento de Juan.

La Visitación” es el término con el que se conoce en el cristianismo a la visita realizada por la Virgen María, embarazada de Jesús, a su prima Isabel, embarazada a su vez de Juan el Bautista. Este momento es narrado por San Lucas (patrón de Usagre) en su Evangelio. (Lucas 1, 39-56) Y es el momento que inspiro a María la oración de “El Magnificat”

...En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»
Evangelio de Lucas 1, 39-45

Durante el reinado de Herodes el Grande, había en el Templo un sacerdote llamado Zacarías, de la casa de Abías, su esposa, Isabel, era de la familia de Aarón. Los cuatro evangelistas dicen que ambos padres eran "rectos ante Dios", y no cometían ninguna falta a la hora de observar los mandamientos y órdenes de Dios. Cuenta San Lucas que Zacarías no tenía hijos porque Isabel era estéril y ambos eran de edad avanzada (Lucas 1:5-7).

La tradición cristiana ortodoxa cuenta que, en la Matanza de los Inocentes, cuando el rey Herodes el Grande ordenó ejecutar a todos los niños varones menores de dos años, para evitar la profecía de la llegada del Mesías a Israel, Zacarías se negó a decir el paradero de su hijo -que se encontraba escondido con su madre Isabel en una gruta debajo de la actual Iglesia- y por esto, Zacarías, fue asesinado por los soldados de Herodes.

Se sabe que ya en los siglos XIII-XIX los peregrinos veneraban este lugar como la "segunda casa de Zacarías", y donde Isabel se retiró en espera del nacimiento del Bautista. El lugar se encuentra a unos 10 kilómetros de Jerusalén. Es un lugar apacible, dulce, y tiene un encanto especial no solo por la naturaleza que rodea la colina donde está situada la Iglesia, sino también por el acontecimiento que tuvo lugar allí. Es fácil imaginarse la llegada de la Virgen después de un viaje largo, desde Nazaret, y los tres meses pasados ayudando a su prima –ya mayor- antes del nacimiento de su hijo Juan. Para llegar hasta donde esta la iglesia hay que superar una cuesta empinada, que no se hace empinada porque se sube a base de sucesivas rampas.

Iglesia de San Juan “El Bautista”

Bajando por la colina, al otro lado del pueblo, se llega a la otra iglesia franciscana, San Juan de la Montaña. En su interior hay una gruta, que la tradición identifica con el lugar de nacimiento y del escondite de San Juan “El Bautista” (No confundir con San Juan “el Evangelista). Desde el atrio la iglesia, hay una imagen especular de la Iglesia de la Visitación. En los muros de este patio se muestra la oración de acción de gracias que Zacarías pronunció cuando Juan nació, es decir: El Benedictus (Lucas 1:68-79) en 24 idiomas.

El edificio actual es del siglo XII, de la época de los cruzados. Los musulmanes no lo hundieron porque lo trasformaron es establo hasta que el estado español lo compró en el siglo XVII. Desde entonces es atendido por los franciscanos, ha pertenecido siempre al patrimonio español. De hecho, está recubierto de cerámica valenciana y adornado con varios cuadros de importantes pintores españoles, así como con el escudo de España sobre la puerta de entrada por el lado interior. En 1980 España lo cedió a la Santa Sede con otras iglesias de Tierra Santa.
Además de las dos iglesias franciscanas, Ain Karem es también la sede de una hermosa iglesia rusa con sus cúpulas bulbiformes, el convento griego ortodoxo de San Juan y el monasterio de Nuestra Señora de Sión, edificada en 1860, cuyo nombre evoca el judaísmo de María y su estrecha identificación con Israel. Este lugar no lo visitamos, al parecer solo es visitable por reducidos grupos de peregrinos o personas particulares.

Ain Karen es un lugar muy agradable, donde hay una frondosa vegetación, y sendas y caminos que invitan al paseo y al retiro espiritual. Es un lugar en el que respiras tranquilidad y buscas un banco en el camino o una simple piedra para sentarte y meditar sobre la grandeza del señor y la bella historia de las “dos primas embarazadas” y el papel complaciente, obediente y tolerante de Zacarías. Me quedé con ganas de estar mas tiempo. La Iglesia de “la Visitación”es digna de ser visitada, además de la limpieza y el orden destaca en ella el suelo decorado con losetas en las que se repiten signos y dibujos con significado cristiano. Me llamó poderosamente la atención el suave olor a perfume de rosa y la luz tan clara que iluminaba en la pared del coro una imagen pintada en la pared, de la Virgen con una gran media luna a sus pies. De la Iglesia de San Juan “El bautista” a penas pudimos disfrutar, estaba en obras y llena de andamios que impedía contemplar el aire tan español que le dan los azulejos de Manises.

MONTE TABOR.

Y se transfiguró ante ellos, de modo que su rostro se puso resplandeciente como el sol, y sus vestidos blancos como la luz (Mt 17,2).

En el Oriente cristiano la Transfiguración de nuestro Dios y Salvador Jesucristo es una de las solemnidades más grandes del año, junto con la Pascua, la Navidad y la Exaltación de la Santa Cruz. En ella se expresa toda la teología de la divinización mediante la gracia, de la naturaleza humana que, revistiéndose de Cristo, es iluminada por el esplendor de la gloria de Dios. Unidos a Jesús, señala el oficio de lecturas del rito romano, «brillaremos con nuestra mirada espiritualizada, renovados en cierta manera en los trazos de nuestra alma, hechos conformes a su imagen»

El Monte Tabor está en el extremo este del Valle Jezreel, 17 km al oeste del Mar de Galilea y tiene una elevación de 575 m. Desde los tiempos más remotos, caminos y pistas de caravanas han surcado la fértil llanura de Esdrelón, en Galilea. Los viajeros que bajaban desde Mesopotamia y Siria o los que partían del sur, desde Hebrón, siguiendo la vía que pasa por Belén, Jerusalén y Samaría, la cruzaban hacia el norte cerca de Nazaret. Testigo de su marcha, solitario en medio de la planicie, ya se erguía el monte Tabor.

El significado e importancia de esta montaña dentro de la religión cristiana comienza en el siglo VI, durante la época bizantina, momento en el cual se convierte en lugar de peregrinación debido a la creencia de que fue en esta cima donde tuvo lugar el pasaje bíblico del Nuevo Testamento de la Transfiguración, donde Jesús durante la oración acompañado y en compañía de los apóstoles Pedro, Santiago y Juan comienza a brillar y a su lado aparen los profetas Moisés y Elías con los que habló sobre su partida a Jerusalén y fue entonces cuando la voz del Dios padre anunció:” Este es mi Hijo, el elegido, escuchadle” (Lucas 9: 28-36).
El monte quedó abandonado hasta la llegada de los franciscanos, en 1631. Desde entonces, consiguieron mantener la propiedad no sin dificultades; estudiaron y consolidaron las ruinas existentes, pero aún debieron pasar tres siglos para que fuese construida una nueva basílica: la actual, terminada en 1924. Los peregrinos subimos a su cima por una carretera sinuosa, trazada a principios del siglo XX para facilitar el abastecimiento de materiales durante la construcción del santuario. Los autobuses convencionales no pueden subir porque no lo permite ni la estrechez ni las marcadas curvas del recorrido. Los conductores de pequeñas furgonetas, que son los vehículos autorizados para realizar la subida, muestran su destreza realizando el viaje en pocos minutos. La llegada a la cima está marcada por la puerta del Viento —en árabe, Bab el-Hawa—, un resto de la fortaleza musulmana del siglo XIII, cuyos muros rodeaban toda la planicie de la cumbre. En el lado norte de esta extensión, se encuentra la zona greco-ortodoxa; y en el lado sur, la católica, a cargo de la Custodia de Tierra Santa. Desde la puerta del Viento, una larga avenida flanqueada de cipreses conduce hasta la basílica de la Transfiguración y el convento franciscano.
El lugar es grandioso, tanto por su entorno y sus vistas como por su espléndida iglesia, en ella celebramos misa, y en ella pude agradecer a Dios y a mis compañeros de peregrinación el haber salido del hospital. Aquella celebración fue muy especial para mi, significar un resucitar a la vida y la posibilidad de sentirme cerca, muy cerca de Dios para darle las gracias, como cualquier hijo se las da al padre que lo sustenta.
El lugar es grandioso, sí como he dicho antes grandioso y magnifico, en él, la presencia y la cercanía del Señor se percibe: el la brisa con la que el aire te llega a la cara, en el olor a los laureles y cipreses del camino desde la Puerta del Viento hasta la Iglesia, en la luz que te deja ver el horizonte recortando un paisaje dibujado con tranquilidad y colores nuevos, en el recogimiento y la oración espontánea que brota del pecho. Sentí el hondo deseo , al igual que los apóstoles que acompañaron a Jesús en su transfiguración, de estar allí mas tiempo, de rezar “un poco mas, de dejar más minutos a la reflexión, a sentirme “cómplice” de Jesús.
Gratos, muy gratos para el espíritu y para el alma, los momentos en los que imagina, supone o eres capaz de sentir no solo el lugar sino el significado que este encierra… ¿No será nuestra ida de esta tierra, nuestra muerte… la Transfiguración por la que todos hemos de pasar para lavarnos, purificarnos y prepararnos y así estar listos para nuestra (unión) presencia ante Dios.

Estarás de acuerdo que es un lugar que NO TE DEJA INDIFERENTE.

Por hoy no quiero cansaros con mas lectura, asi que en la siguiente publicación viajaremos a otros significativos lugares: QUNRAM, EL MAR MUERTO, CAMPO DE LOS PASTORES, BELEN...