EL
PRINCIPIO.
INICIAMOS
LA PEREGRINACION.
SI no he guardado en la narración un orden por días ha sido
intencionadamente, esta -que es la quinta publicación- debería ser la
primera, pero no es así, porque así lo he querido... me explico:
Nuestras
emociones, pensamientos, recuerdos y vivencias aunque en el tiempo se
pueden situar en orden : primero las de la mañana, luego las de la tarde, después las de la noche... primero las del lunes, luego las del
martes... y así sucesivamente, en la realidad NO ES ASI, las
emociones, recuerdos, vivencias no se evocan -y mucho menos
recapitulan- por orden en el tiempo sino por la importancia, significación, interés o trascendencia que
han tenido para nosotros. Al ir escribiendo me he dejado llevar por
esos estímulos o impulsos, y de ahí que todo el relato sea como un
gran puzle. Son muchas piezas que tendréis que ir encajando y así
ver que cada cosa está en su lugar, dónde debe estar aunque
tengamos esa sensación “maravillosa” de desorden...
Soy así de imprevisible y maravilloso... y no lo puedo evitar por muy arrogante que te y me parezca.
“”COMO
ARRIBA ES ABAJO””
Las
primeras luces del día dejan ver el horizonte de Madrid. En los
polígonos comerciales luces de cien colores diferentes anuncian
marcas y establecimientos. Mas cerca, en el pecho, el corazón se
contagia de esos colores y comienza a advertir que ya queda menos y
se acelera la respiración. Antonio se encarga de dar los buenos
días. Una oración poniéndonos en las manos del Padre y la
protección de María se encarga de aumentar una emoción contenida
que casi se confunde con un estado de impaciencia que en vez de
empujarnos parece aletargarnos y hundirnos en los asientos del bus.
En un rato estaremos volando hacia Tierra Santa. Se seca la boca y al
beber de la botella no puedo dejar de observar como los compañeros
de viaje van como yo: expectantes.
Tenemos
que pasar el control de los servicios policiales de Israel. Estábamos
advertidos que nos harían preguntas y todo con el objetivo de
asegurarse que nuestro viaje y estancia en Israel no tendría nada
que ver con políticas, apoyos sectarios o actividades que fuesen en
contra de la actual autoridad israelí.
-”Hagan
una fila de tres… Por favor, muévanse a la izquierda y hagan una
fila de tres...” así repitió hasta tres veces el supervisor de la
entrada a la zona de billetes y facturación. Terminó por murmurando
que los españoles somos los únicos que no entendemos la orden de
hacer una fila de a tres.
Para
acceder a los mostradores hay que superar una entrevista, que te la
hacen “alegando motivos de seguridad”, agentes especiales de la
policía Israelí. No me asustó el ser el primero del grupo en
someterse a aquel “5º grado de interrogatorio” en el que había
que contestar a cuestiones tan inesperada como:
-
¿Quien hizo su maleta?
-
En el transcurso del viaje o en algún momento ¿Ha perdido de vista
a su equipaje?
-
¿Conoce usted a alguien en Israel?
-
Conoce usted a todos los integrantes del grupo?
-
¿Porque o para que viaja usted a Israel?
Del
grupo de peregrinos todos aprobamos aquel examen, así que facturamos
sin contratiempos, eso sí, alguno tuvo que soportar que le abrieran
la maleta o le vaciaran la mochila. Se supone que la policía también
tiene que cubrir el expediente.
Tras
la lenta facturación, y ya con el billete en el bolsillo, un
desayuno ligero a todas prisas y carrera hacia la zona de embarque.
Miguel
Angel, Antonio y Fran contaban a cada trecho al personal asegurándose
de que “aquel rebaño de hijos de Dios” no se quedaba nadie
atrás.
Nuevamente
el corazón avisa. Una inquietud combinada con la sensación propia
de temor al avión, se abre paso desde dentro hacia fuera y termina
con un encoger los hombros y un suspiro al que tratas de enmudecer
cuando te das cuenta que se te escapa.
Ya
en el avión, una vez superada la impaciencia del despegue, cada cual
se acomoda como puede para echar una cabezadita y así hacer que el
viaje se acorte. Unos apoyan sus almohadas de cuello sobre el
respaldo, otros sobre el borde la la ventanilla. Hay quien siente
frio en las piernas y pide una manta a la azafata.
-
!por favor me da una vaso de agua!
La
azafata sonríe sin desvelar si ha entendido o no la petición. Al
minuto vuelve con una bandeja y sobre ella una jarra y media docenas
de basitos de cartón. Es el momento en el que a todos los pasajeros
cercanos a quien pidió el agua se le antoja también un vaso.
De
la comida abordo, dos opciones: ensalada de verduras con una salsa
agridulce que estaba "calentona", o, bocadillo de carne,
era una par de filetes de ternera cubierto con una salsa muy muy
especiada que hacia que supiera a cualquier cosa menos a carne.
Prefiero no hacer ningún comentario más sobre este tema porque
aumentaría ni negatividad y eso, valga la redundancia, sería
negativo para ca continuidad de este relato.
El
aterrizaje se presintió con la misma intensidad que el despegue
vivido hacía seis horas, nuevamente un suspiro hecho aire trajo
tranquilidad al pasaje.
TEL
AVIV
De la tradición al más absurdo modernismo.
De la tradición al más absurdo modernismo.
El
autobús espera a la salida del aeropuerto “Ben Gurión” en Tel
Aviv. El guía nos había recibido a las puertas de las llegadas, se
presentó nos dijo su nombre "Michel", nos condujo, en mi
opinión con prisas de más, al aparcamiento donde estaba el bus. Una
vez acomodados procedió a darnos la bienvenida de forma mas extensa
y a presentarse nuevamente añadiendo algunos datos además de su
nombre. Contó que era cristiano, nacido en Belén, ciudad donde
residía en la actualidad. Comentó haber viviendo en Estado Unidos
y en España. A lo largo de los trayectos en autobús aprovecharía
para contarnos alguna que otra anécdota personal y marcar su
inclinación política y por supuesto de la importancia política y
social de los kibutz. Durante el desplazamiento -del aeropuerto al
hotel- nos fue describiendo algunas particularidades de aquella
enorme ciudad conde rascacielos y barrios elitistas conviven con
construcciones antiguas y zonas de aspecto mas pobres.
Todos
los peregrinos mirábamos para un lado y otro, como queriendo
comprobar que todo estaba en orden que no había guerra. La ausencia
de carros de combate y camionetas con ametralladoras, sin dudas, no
trasmitió tranquilidad.
El
hotel era un edificio alto, 18 pisos separaban el hall de la piscina
situada en su terraza, no parecía muy nuevo pero estaba bien
acondicionado.
Abrir
las maletas, una ducha, cambio de ropa y como nuevo, y una nueva
aventura: la de enfrentarnos a sabores nuevos.
La
cena fue divertida:
-
“esto pica mucho”
-
“esto pica menos”
-
“¿Esto que será?”… “Yo lo voy a probar” Aquella feria de
sabores y colores sobre el plato a más de uno nos aportó mal estar
en el estómago, y algún “fortaset” -se ofrecía por quien tuvo
la idea del “Por si acaso”- a los que no pensamos que una simple
guindilla nos podía aguar la noche.
Tel
Aviv fue vista y no vista porque -tras un desayuno con diversidad de
posibilidades en cuanto a la combinación de distintos alimentos -el
autobús y Michel nos esperaban para iniciar- ahora sí, nuestro
peregrinar por Tierra Santa.
Nuestros primeros destino serían: CESAREA MARITIMA, MONTE CARMELO Y NAZARET, de estos lugares ya he escrito en publicaciones anteriores a esta, así que damos un salto hasta el primer día en Jerusalén.
Despertamos en Jerusalén, parecía como si allí las noches duraran menos y se madrugara más... y es verdad el sol sale antes, amanece mas temprano que en España, ese descompás de tiempo desconcierta los primeros días... pero te vas acostumbrand. Igual que te acostumbra a l desayuno abundante, fuerte y copioso a las siete e la mañana, a la comida al medio día antes de la una y a la cena a las 8 de la tarde.
Mientras
abandonábamos la capital de Israel por anchas avenidas y zonas de
parques bien cuidados, Michel daba explicaciones sobre el origen de
la ciudad: "La montaña verde, ese es el significado de su
nombre". Los edificios mas altos parecían apilarse a un
extremo, mientras que por el otro eran los kibutz los que se sucedían
a ambos lados de la carretera. Michel explicó que el primer destino
estaba cerca, se trataba del pueblo donde vivieron Zacarias y Santa
Isabel... pero dejad, dejad que os cuente:
Ain Karem tiene una
especial significación para el cristiano. Es el pueblo donde
vivieron Zacarías e Isabel, los padres de Juan el Bautista. Es el
lugar de “la Visitación”, donde María, la madre de Jesús,
visitó a su prima Isabel antes del nacimiento de Juan.
“La Visitación” es
el término con el que se conoce en el cristianismo a la visita
realizada por la Virgen María, embarazada de Jesús, a su prima
Isabel, embarazada a su vez de Juan el Bautista. Este momento es
narrado por San Lucas (patrón de Usagre) en su Evangelio. (Lucas 1,
39-56) Y es el momento que inspiro a María la oración de “El
Magnificat”
...En aquellos días,
se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a
una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de
gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y
exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y
bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi
Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu
saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído
que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del
Señor!»
Evangelio de Lucas 1,
39-45
Durante el reinado de
Herodes el Grande, había en el Templo un sacerdote llamado Zacarías,
de la casa de Abías, su esposa, Isabel, era de la familia de Aarón.
Los cuatro evangelistas dicen que ambos padres eran "rectos ante
Dios", y no cometían ninguna falta a la hora de observar los
mandamientos y órdenes de Dios. Cuenta San Lucas que Zacarías no
tenía hijos porque Isabel era estéril y ambos eran de edad avanzada
(Lucas 1:5-7).
La tradición cristiana
ortodoxa cuenta que, en la Matanza de los Inocentes, cuando el rey
Herodes el Grande ordenó ejecutar a todos los niños varones menores
de dos años, para evitar la profecía de la llegada del Mesías a
Israel, Zacarías se negó a decir el paradero de su hijo -que se
encontraba escondido con su madre Isabel en una gruta debajo de la
actual Iglesia- y por esto, Zacarías, fue asesinado por los soldados
de Herodes.
Se
sabe que ya en los siglos XIII-XIX los peregrinos veneraban este
lugar como la "segunda casa de Zacarías", y donde Isabel
se retiró en espera del nacimiento del Bautista. El lugar se
encuentra a unos 10 kilómetros de Jerusalén. Es un lugar apacible,
dulce, y tiene un encanto especial no solo por la naturaleza que
rodea la colina donde está situada la Iglesia, sino también por el
acontecimiento que tuvo lugar allí. Es fácil imaginarse la llegada
de la Virgen después de un viaje largo, desde Nazaret, y los tres
meses pasados ayudando a su prima –ya mayor- antes del nacimiento
de su hijo Juan. Para llegar hasta donde esta la iglesia hay que
superar una cuesta empinada, que no se hace empinada porque se sube a
base de sucesivas rampas.
Iglesia
de San Juan “El Bautista”
Bajando por la colina, al otro lado del pueblo, se llega a la otra iglesia franciscana, San Juan de la Montaña. En su interior hay una gruta, que la tradición identifica con el lugar de nacimiento y del escondite de San Juan “El Bautista” (No confundir con San Juan “el Evangelista). Desde el atrio la iglesia, hay una imagen especular de la Iglesia de la Visitación. En los muros de este patio se muestra la oración de acción de gracias que Zacarías pronunció cuando Juan nació, es decir: El Benedictus (Lucas 1:68-79) en 24 idiomas.
El edificio actual es del
siglo XII, de la época de los cruzados. Los musulmanes no lo
hundieron porque lo trasformaron es establo hasta que el estado
español lo compró en el siglo XVII. Desde entonces es atendido por
los franciscanos, ha pertenecido siempre al patrimonio español. De
hecho, está recubierto de cerámica valenciana y adornado con varios
cuadros de importantes pintores españoles, así como con el escudo
de España sobre la puerta de entrada por el lado interior. En 1980
España lo cedió a la Santa Sede con otras iglesias de Tierra Santa.
Además de las dos
iglesias franciscanas, Ain Karem es también la sede de una hermosa
iglesia rusa con sus cúpulas bulbiformes, el convento griego
ortodoxo de San Juan y el monasterio de Nuestra Señora de Sión,
edificada en 1860, cuyo nombre evoca el judaísmo de María y su
estrecha identificación con Israel. Este lugar no lo visitamos, al
parecer solo es visitable por reducidos grupos de peregrinos o
personas particulares.
Ain Karen es un lugar muy
agradable, donde hay una frondosa vegetación, y sendas y caminos que
invitan al paseo y al retiro espiritual. Es un lugar en el que
respiras tranquilidad y buscas un banco en el camino o una simple
piedra para sentarte y meditar sobre la grandeza del señor y la
bella historia de las “dos primas embarazadas” y el papel
complaciente, obediente y tolerante de Zacarías. Me quedé con ganas
de estar mas tiempo. La Iglesia de “la Visitación”es digna de
ser visitada, además de la limpieza y el orden destaca en ella el
suelo decorado con losetas en las que se repiten signos y dibujos
con significado cristiano. Me llamó poderosamente la atención el
suave olor a perfume de rosa y la luz tan clara que iluminaba en la
pared del coro una imagen pintada en la pared, de la Virgen con una
gran media luna a sus pies. De la Iglesia de San Juan “El bautista”
a penas pudimos disfrutar, estaba en obras y llena de andamios que
impedía contemplar el aire tan español que le dan los azulejos de
Manises.
MONTE
TABOR.
Y
se transfiguró ante ellos, de modo que su rostro se puso
resplandeciente como el sol, y sus vestidos blancos como la luz (Mt
17,2).
En
el Oriente cristiano la Transfiguración de nuestro Dios y Salvador
Jesucristo es una de las solemnidades más grandes del año, junto
con la Pascua, la Navidad y la Exaltación de la Santa Cruz. En ella
se expresa toda la teología de la divinización mediante la gracia,
de la naturaleza humana que, revistiéndose de Cristo, es iluminada
por el esplendor de la gloria de Dios. Unidos a Jesús, señala el
oficio de lecturas del rito romano, «brillaremos con nuestra mirada
espiritualizada, renovados en cierta manera en los trazos de nuestra
alma, hechos conformes a su imagen»
El
Monte Tabor está en el extremo este del Valle Jezreel, 17 km al
oeste del Mar de Galilea y tiene una elevación de 575 m. Desde los
tiempos más remotos, caminos y pistas de caravanas han surcado la
fértil llanura de Esdrelón, en Galilea. Los viajeros que bajaban
desde Mesopotamia y Siria o los que partían del sur, desde Hebrón,
siguiendo la vía que pasa por Belén, Jerusalén y Samaría, la
cruzaban hacia el norte cerca de Nazaret. Testigo de su marcha,
solitario en medio de la planicie, ya se erguía el monte Tabor.
El
significado e importancia de esta montaña dentro de la religión
cristiana comienza en el siglo VI, durante la época bizantina,
momento en el cual se convierte en lugar de peregrinación debido a
la creencia de que fue en esta cima donde tuvo lugar el pasaje
bíblico del Nuevo Testamento de la Transfiguración, donde Jesús
durante la oración acompañado y en compañía de los apóstoles
Pedro, Santiago y Juan comienza a brillar y a su lado aparen los
profetas Moisés y Elías con los que habló sobre su partida a
Jerusalén y fue entonces cuando la voz del Dios padre anunció:”
Este es mi Hijo, el elegido, escuchadle” (Lucas 9: 28-36).
El
lugar es grandioso, tanto por su entorno y sus vistas como por su
espléndida iglesia, en ella celebramos misa, y en ella pude
agradecer a Dios y a mis compañeros de peregrinación el haber
salido del hospital. Aquella celebración fue muy especial para mi,
significar un resucitar a la vida y la posibilidad de sentirme cerca,
muy cerca de Dios para darle las gracias, como cualquier hijo se las
da al padre que lo sustenta.
El
lugar es grandioso, sí como he dicho antes grandioso y magnifico, en
él, la presencia y la cercanía del Señor se percibe: el la brisa
con la que el aire te llega a la cara, en el olor a los laureles y
cipreses del camino desde la Puerta del Viento hasta la Iglesia, en
la luz que te deja ver el horizonte recortando un paisaje dibujado
con tranquilidad y colores nuevos, en el recogimiento y la oración
espontánea que brota del pecho. Sentí el hondo deseo , al igual que
los apóstoles que acompañaron a Jesús en su transfiguración, de
estar allí mas tiempo, de rezar “un poco mas, de dejar más
minutos a la reflexión, a sentirme “cómplice” de Jesús.
Gratos,
muy gratos para el espíritu y para el alma, los momentos en los que
imagina, supone o eres capaz de sentir no solo el lugar sino el
significado que este encierra… ¿No será nuestra ida de esta
tierra, nuestra muerte… la Transfiguración por la que todos hemos
de pasar para lavarnos, purificarnos y prepararnos y así estar
listos para nuestra (unión) presencia ante Dios.
Estarás de
acuerdo que es un lugar que NO TE DEJA INDIFERENTE.
Por hoy no quiero cansaros con mas lectura, asi que en la siguiente publicación viajaremos a otros significativos lugares: QUNRAM, EL MAR MUERTO, CAMPO DE LOS PASTORES, BELEN...
Por hoy no quiero cansaros con mas lectura, asi que en la siguiente publicación viajaremos a otros significativos lugares: QUNRAM, EL MAR MUERTO, CAMPO DE LOS PASTORES, BELEN...