domingo, 31 de diciembre de 2023

ULTIMA NOCHE, ULTIMA MADRUGADA DE ESTE AÑO LADRON.

    
    El cielo está oscuro. 
La madrugada es un templo en medio de un desierto de arenas negras. Un santuario que se alza majestuoso. Sus atalayas son brazos suplicantes que se alzan al cielo, suplican, suplican y vuelven a suplicar que los velos negros se sisipen como la niebla de la mañana que lo cubre todo de misterio y de calma, hasta que el sol pone orden y luz, y el dia se va despertando. Es madrugada, la última de este año ladrón de hermanos y almas. Casi solo en la madrugada de la vida, eternamente acompañado de mi mismo, me disipo, me hago niebla a sabiendas que hay corazones que me darían sus latidos y manos que curan el dolor. Ellos están, vosotras no.

    Casi sin respirar envuelvo mi cara con las manos, presiento  que los susurros del viento se vuelven suspiros y se hacen eco en cada rincón de la habitación oscura de mi alma. La noche, esta madrugada, es un lienzo de sueños desdibujados, de líneas de horizontes  viejos y nuevos mezclados sin orden ni concierto, de realidades imaginarias y sonrisas de labios rojos. Las estrellas son las  pinceladas que dan vida al paisaje y  cada constelación me cuenta una historia, una leyenda que me conecta con el cosmos. Hago mía a la madrugada y a la noche.Siento como los sentidos se agudizan y mi corazón se despierta. Los ojos se acostumbran a la penumbra y descubren un universo hasta ahora oculto. El oído se va durmiendo con el sonido de una nana lejana, con el susurro de agua  de rivera que corre entre juncos y mastrantos… rivera de mi imaginación, rivera de un recuerdo de barquito de papel hundido en la corriente.
   La noche también es el refugio de aquellos que buscan conocerse a sí mismos. La calma permite que los pensamientos fluyan en libertad, son horas en las almas solitarias encuentran consuelo y las mentes inquietas hallan respuestas casi prohibidas por la fe. Cuelgo en una pared blanca una foto enmarcada. Así quiero recordarte: con ese color de pelo y una sonrisa bailando en los labios. 
    La noche también tiene su lado oculto. En su oscuridad, los miedos y las pesadillas acechan, y las sombras se vuelven cómplices de nuestros temores. Es en estas horas  cuando la imaginación se desborda y el pasado se entremezcla con el presente, se crea un mundo alternativo donde lo desconocido convive con lo familiar. Vuelvo a tener fé. Me pregunto si realmente cuando te fuistes la pedí. 
    La noche es testigo  de los momentos en los que la magia de los recuerdos te hace escuchar viejas canciones o leer algún poema de esos que  nunca aprendiste de memoria.  Así es la noche, la última del año, mañana -a esta hora- lo actual será solo un recuerdo fuera del almanaque. 
    !Feliz año nuevo… ¡Feliz año nuevo!  habrá que escuchar, soportar y hasta decir procurando que la lágrima se convierta en sonrisa, la sonrisa en olvido y el olvido en una infinita oración. ¡Feliz año nuevo!... La letanía aprendida me hace caer en la cuenta de ese profundo olvido que es y no es.
    
    Venid de vez en cuando a recordarme que ese “casi solo” es una mentira que yo me creo para darme pena, o para entretener las horas de noches y madrugadas como esta.